Kamen Rider Zero-One: RESEÑA 22-24


El arco de la apuesta de la OPA hostil se estaba poniendo pesado, pero nos han obsequiado con una trama inesperada: la armadura con la que Aruto puede sentir cómo es ser Gai Amatsu. Pasemos a la reseña de los capítulos de este mes.



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Doce hombres sin Zaia Spec

Después de un tercio de capítulo que sólo sirve para marcar el tono de la narración, finalmente Aruto pide hablar con Horobi. Al escuchar que Amatsu poseía un Zetsumeriser, el Humagear cae en un arrebato de furia. ¿Cómo se les ocurre a los humanos tocar el Arca? Y mientras, el Arca ahí, tan pancha, imprimiéndole a Yua una nueva Progrise Key que al final le pondrán a Aruto a la fuerza.
En Hiden Intelligence, Izu y Aruto están sentados con los ojos cerrados. Enseguida vemos que mentalmente se encuentran en la matriz del satélite Zea, pero me parece curioso que se les presente igual que si estuvieran en plena meditación. Sabiendo que aquí tenemos un satélite en el cielo y otro bajo la superficie, ¿será todo simbología?

El juicio termina. Podría contar qué pasa y cómo termina —Aruto gana la ronda—, pero prefiero utilizar el espacio que me brinda el blog para dar una advertencia: ¡no mires a los figurantes! ¡NO LOS MIRES! ¡De verdad! Se nota muchísimo que grabaron todo en una toma, sin importarle que la señora del fondo no supiera adónde mirar, ni que el señor de la puerta gritase sin sonido. Mejor fíjate en los monstruos, y todo irá bien.

Lo más memorable del episodio es la primera transformación de Metalcluster Hopper. Los de ZAIA le insertan a Zero-One esta Progrise Key a la fuerza, y Aruto se hunde en la matriz maligna del Arca, un sitio lleno de kanjis tenebrosos al más puro estilo GARO. Miles de emociones bajas invaden a Aruto, que se ve reducido a una marioneta de sí mismo. Amatsu ha conseguido lo que quería: llevar al presidente bondadoso a su terreno. Es un momento desconcertante, porque no estamos viendo a Zero-One, sino a la versión barata de mercadillo, el monstruo que imagina el niño desesperado de poder. Este Kamen Rider no es justicia. Es la bíblica plaga de las langostas.
Han empujado a Aruto hasta más allá de su propia personalidad. La verdad, no es la primera vez que sucede, y en Kamen Rider Build lo hicieron mejor. Sin embargo, es algo refrescante en esta parte de la temporada. La trama de la apuesta a cinco rondas aburría. Las rondas son lo de menos, porque todo es un juego de Amatsu para aprovecharse de Hiden.
Dicho esto... ¡es espectacular! Toda la preparación de esta nueva transformación sería perfecto, de no ser por la vocecilla de presentación. Cuando cantan METALCLUSTER HOPPER con autotune, a mí no me suena acorde a lo terrible que es. Me suena a sintonía de los Power Rangers de los años noventa. ¡Debería sonar metalero! ¿Un poco de heavy metal, por favor?


IJIME? DAME!


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Me casé con un robot
y mi amigo se convirtió en sapo

A Aruto no le funcionan las Progrise Keys. Solamente la de Metalcluster Hopper; y esa no le gusta, obvio. En eso que entra en su despacho... ¿Arisa Komiya otra vez? ¿No se suponía que Ebii se tenía que haber ido al final del anterior episodio? No, porque en Kamen Rider Zero-One los personajes episódicos se quedan cerca hasta cuando haga falta.

Resulta que Ebii —la llamaré Yellow Buster para acortar— al final no se casó con el chico que tenía un historial probado de fraude a distintas mujeres y fue juzgado por supuestamente intentar estafarle millones de yenes. Quién sabe por qué. Izu se abstiene de explicárselo a su jefe. Son cosas de mayores.
Yellow Buster acabó tan admirada de la eficiencia de Bingo —el abogado Humagear—, que ahora pide un consejero matrimonial Humagear. Izu le recomienda los servicios de Enmusubi Match, cuyo nombre, traducido libremente, sería «Parejo Celestino». Los juegos de palabras siguen con su colega Humagear —Matchida Seiko—, cuyo apellido equivaldría a nuestro «Paréjez».

La presentación de la pareja ideal de Arisa se da de un modo muy ritual: al estilo de la Edad Media, en una casa tradicional con jardín japonés. De esos jardines donde el bambú suena justo cuando alguien hace un comentario incómodo. Sin embargo, toda esa belleza se rompe cuando entra por la puerta el presidente de Zaia Enterprises. ¡Ya no puede haber ni una trama bobalicona de parejas sin que venga Zaia a molestar!


Tranquilos, Yellow Buster sólo tiene ojos para su Match-chan. Nos hemos librado de diez episodios de romance entre un señor de 45 años y una niña de Love Live. Pero por supuesto, llega un monstruo —el Storming Penguin Raider— y hay que pelear en el jardín.
Quizá esta sea la pelea más forzada de lo que llevamos de arco, pero se agradece mucho la participación de Kamen Rider Valkyrie. Yua Yaiba aparece antes de transformarse como un zombie a las órdenes de Amatsu, pero en cuanto toma la forma de Rushing Cheeta nos vuelve a recordar por qué esta serie molaba.
Aruto se abstiene de luchar porque si entra en modo berserker no sabe si podrá salir, pero el Storming Penguin Raider acaba dañando al consejero Match y la situación vuelve necesaria la transformación de Zero-One en Metalcluster Hopper. Amatsu está encantado de volver a tener contra las cuerdas a Hiden. Es precisamente Valyrie quien logra desactivar este modo asesino de Aruto con la forma Lightning Hornet, que también dispara bichos.



Sigue sin gustarme esta estructura de episodios. Es repetitiva. Además, falta información. Ni siquiera se debe a que la dosifiquen, como en las últimas temporadas de Super Sentai. Más bien, tienen la información retenida en un sótano con una camisa de fuerza y no la podemos ver hasta que Gai haga todos sus Jacking Breaks. Es el show de Cómo absorbí tu empresa. En cada entrega hay peleas al principio, a la mitad y al final; y entre medias suceden interacciones humanas controladas por un psicópata narcisista que siempre se sale con la suya y no deja levantar cabeza a la mejor Rider de lo que va de temporada. ¡Y lo peor de todo es que no puedo dejar de ver la serie!

El personaje que falta para completar el conflicto es Teruo Nikaido, un joven un poco bestia. Los japoneses ya lo conocían desde el estreno en cines de Kamen Rider: Reiwa The First Generation. Ahí sucede su primera aparición. Pero para nosotros, en occidente, no es más que otro gorila como Fuwa. Cuando Teruo ve que su amiga Yellow Buster se va a casar con Match, usa un Raidriser y se convierte en el Raider llamado Storming Penguin: el Pingüino que Irrumpe. Efectivamente, irrumpe en la iglesia cristiana donde ensayaban una supuesta boda. Esto desemboca en otra batalla donde Thouser sale ganando de alguna manera. Qué rabia da el tío. Además, no respeta nada. Al principio del siguiente capítulo se llevará al sacerdote de la boda postiza: Enji Matsuda —el Yuuyas—, el Humagear actor que trabajaba en aquella serie con el auténtico Shinya Owada.

Por cierto, ¿qué pasó con Shinya Owada? ¿Sigue en el hospital?


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El episodio de los episódicos

Nadie lo había pedido, pero vuelven los Humagears episódicos. El primero es Enji Matsuda, que se fue con Thouser porque parece que la voluntad del Arca lo consumió. Pero será un truco, en realidad está utilizando su ACTORAL ABILITY.
Otro que estaba fingiendo era Match el casamentero. En sus planes no entraba que el Arca fuera tan violenta, pero sí que Teruo reaccionase celoso y lo atacase en forma de pingüino irrumpiente. De este modo finaliza la trama de Yellow Buster, que al darse cuenta de que ella le importaba a su amigo Teruo tanto como para agredir físicamente a un consejero matrimonial en plena iglesia, se prenda de él. Ahora entiendo por qué el primer match fue con Gai. Best match!

Esta vez, el combate como Metalcluster Hopper deja a Aruto en pésimas condiciones físicas y emocionales. Nada más empezar el capítulo, se lo llevan al hospital. Pero esto es Kamen Rider Zero-One y hace falta por lo menos otra pelea al final, así que Izu conecta vía satélite con todos los Humagear que hemos conocido desde que empezó la serie.
Bueno, casi todos. Me parece que con Taro-el-de-los-abdominales-explosivos no contaron. Pero bueno, en ese momento Aruto no había aceptado el puesto en la empresa y para él, Zero-One no fue más que el que lo atravesó de una patada. Seguramente no existía en él ese sentimiento de gratitud que los demás sí tienen.
Uno tras otro, los Humagear de papel relevante en el argumento transmiten sus informaciones. Entre ellos está Matsurida Z, el hermano de Dodo que quedó sin volver malo. ¡Gracias por acordarse de él!
Estos deseos de buena voluntad contrarrestan la maligna voluntad del Arca, que estaba consumiendo a Aruto, y posibilitan la creación de la Progrise Hopper Blade, una espada que filtra toda la mala onda de la plaga de langostas y permite a Zero-One controlar la forma Metalcluster Hopper y dejar a Thouser por los suelos.

Según entiendo, el mensaje de este arco es que no importa que llegues a ser el presidente de Amazon. Si tus empleados no te quieren, es cuestión de tiempo que caigas.
Aruto ha estado apostando por la dignidad de sus empleados, a quien veía como su propia familia. Aunque a corto plazo parecía que esto jugaba en su contra durante las primeras rondas de la apuesta de la OPA, a largo plazo esto le ha permitido sobrevivir a la amenaza que suponía convertirse en Metalcluster Hopper. ¿De qué sirve la mejor armadura si no te deja moverte?

Mientras, en los sótanos de A.I.M.S., Fuwa había tenido un interesante diálogo con Horobi. Cuando digo interesante, digo con patada incluida. Fuwa dijo que se conocía perfectamente a sí mismo, que sabía quién era; y Horobi empezó a reír a carcajadas.
Quizá nos hayamos olvidado de aquel encuentro misterioso con la figura fantasmal encapuchada. Quizá Fuwa también. Pero sus consecuencias golpearán a todos con la mayor fuerza.
Cuando Fuwa regresa al sótano al final del episodio, el terrorista Humagear ya no está. La última vez que vimos a Horobi, lo estaba sujetando Fuwa. ¿Vulcan es un espía del Arca? ¿Lo soltó él en un trance misterioso? Porque sería muy cutre que lo hubiera soltado un fantasma con capucha.


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