Kishiryu Sentai Ryusoulger #44 - RESEÑA



Querido Kishiryu Sentai Ryusoulger:

Tú sabes lo que siento por ti. Sabes que desde que te conocí he sido tu fiel servidor. Aunque al principio pensaba que eras una comedia simpática sin más, poco a poco te metiste en mi corazón. He perdonado tus pecados del pasado y acepto tus imperfecciones. Dicho esto, no sé cómo explicarte lo que hoy te debo decir.
¡Ya para de dejarme con las ganas!
La semana pasada, el capítulo acababa con que los Ryusoulgers se metían en la cueva. Todos. ¡Todos en la cueva! No estaban en el umbral; no era un efecto óptico hecho con el zoom. Se habían metido todos en la cueva. Y nada más empezar, Saden los vuelve a pillar antes de la entrada. ¿Qué pasa, es que les entró hambre y se fueron?

Bueno, perdona que me sulfure. Ya sabes que nunca soy así contigo. Debo haber sido uno de los pocos que te defendió en tus peores momentos. En realidad, este detalle no es importante.
Lo que me enfurruña es que nos dejaste una semana pensando que Oto corría peligro, y la cosa se ha resuelto en dos minutos. ¿Qué es esto, Kamen Rider? La subtrama de Oto secuestrada no nos ha llevado a ninguna parte. Ella no ha madurado, Canalo se ha quedado quieto... El único que ha quedado bien ha sido Melto, que ha quedado como un héroe a ojos de su loli.
Pero espera, que cuando hacen huir a Saden, Bamba utiliza la Soul Auditiva para poder oír por dónde se fueron los enemigos. ¡Y llega Oto y se pone a hablar! Pero a ver, chiquilla, ¿tú no te das cuenta de que la Soul Auditiva está para oír? ¿Que todos están callados por algo, y que si hablas en ese momento, le puedes reventar los tímpanos a Bamba? ¡Ya vete ya a casa! ¡O mejor, al mar; vete al mar, Oto, vete al mar!

Eso, Oto. Haz caso a tu hermano, que él sabe.

Pero bueno, te lo perdono también porque enseguida se va y ya no vuelve a incordiar.

Bueno sí, vuelve a incordiar porque cuando parece que van a entrar todos en la cueva —como nos prometió el último plano del 43—, Oto llama por una fuente de agua para avisar de que hay un monstruo en la ciudad. Es Yabasword, un nuevo Druidon que usa espadas, parece. La cuestión es que Red y Pink se separan del resto de los Ryusoulgers, que se enfrentan con Saden y Gunjôji II.

¿Sabes? Cuando empecé a escribirte esta carta, estaba decepcionado. Pero no puedo evitar perdonarte también todo lo anterior porque la acción de esta parte es buena. Koichi Sakamoto, supongo. Lo más impactante es cómo salen hombres sin casco chocándose contra árboles y paredes. Hubo un momento en el que temí por el cuello de Bamba. Parecía que se iba a desnucar, pero el equipo detrás de las peleas demuestra que es valiente y experimentado. Estaría bien que recurrieras a Sakamoto en más capítulos aparte de los que tienen guion flojo.

Muy buenos porrazos, tengo que reconocerlo.

Ahora viene lo gordo.
Resulta que Saden era... el Maestro Black, por supuesto. No cabía la menor duda. Y si tenemos en cuenta que con lo de Oto secuestrada no llegó a ninguna parte, que lo de Saden ya lo sabíamos, y que la batalla de Asuna y Kô repite el tema eterno de la fe en tus amigos —que el 40 trató mucho mejor—, al final resulta que en este capítulo no ha pasado nada.
¡Peor aún, es porque engordaste las expectativas en el anterior! El 43 fue tan bueno porque hizo un montón de promesas que el 44 no pudo cumplir. Ha sido como esos casos de gemelos siameses donde uno absorbe toda la vida y le queda como vestigio el hermano colgando o metido por algún lado. ¡Pero no te ofendas, Kishiryu Sentai Ryusoulger! Ya sabes que lo digo de buena onda.
Sé que en el próximo capítulo, el 45, la trama del Maestro Black avanzará, la trama de Kreon avanzará —en vez de quedarse en un chiste del prólogo—, y que Oto se habrá ido al mar, espero. Porque tiene que irse al mar un día de estos, ¿no? Así lo espero. Cuento contigo, mi estimado Escuadrón de Dinocaballeros.

Tuyo durante todo febrero,
SrPintado el de TokuWatch.

Aquí, esperando el siguiente episodio.

Publicar un comentario

0 Comentarios